El pequeño municipio alpujarreño de Almócita ha vuelto a demostrar que el compromiso colectivo es la mejor herramienta para cuidar del medio ambiente y preservar el legado cultural. En el marco del proyecto europeo Comunidades por el Clima, una de las grandes lecciones aprendidas ha sido la necesidad urgente de recuperar y proteger las acequias de careo: auténticas joyas del paisaje y del patrimonio hídrico tradicional de la zona.
Por ello, el pasado sábado vecinos y voluntarios se calzaron las botas y emprendieron una jornada de trabajo comunitario para limpiar y rehabilitar estas históricas infraestructuras de riego. La actividad, cargada de simbolismo y utilidad, sirvió para revalorizar las fuentes y acequias que han sustentado la vida rural durante siglos, además de ofrecer un espacio de aprendizaje sobre el entorno natural que rodea al municipio.